LER EN FAMILIA







LIBROS INTERESANTES

Libro: EL Estirón

El aumento de la obesidad infantil, los malos hábitos alimenticios, las negaciones de nuestros niños frente a ciertos alimentos y el descontrol en las dietas que se ofrecen en los comedores escolares, son algunos de los problemas con los que los padres se encuentran a la hora de alimentar a sus hijos de forma conveniente. Es cierto que la alimentación también forma parte de la educación de nuestros hijos, enseñarles a disfrutar de toda la comida y hacerles entender que los alimentos sanos no tienen porque ser los más insípidos, es algo que entra dentro de nuestra propia labor paternal.


Por eso no es extraño ver como los expertos médicos y nutricionistas se ponen manos a la masa a fin de ofrecernos pautas y consejos con los que educarnos, para al mismo tiempo, educar a nuestros hijos en la tarea de la alimentación. Y esto es lo que nos ofrece el libro “El estirón” de David Mariscal y Alejandra Rodríguez.
Este libro, que ha surgido de un programa de televisión donde se daban consejos para ayudarnos en la alimentación infantil, nos ofrece una serie de pautas a seguir para convertir los menús de nuestros niños en todo un éxito. Así, de forma sencilla y sólo variando algunos nutrientes, logramos ofrecer una alimentación más equilibrada y completa.
Son 75 las propuestas que te ofrece este prestigioso doctor, entre ellas podemos destacar: frutas a todas horas, el rescate de las legumbres, el desayuno o como hacer la compra con ellos. También nos aconseja como comer fuera de casa de forma sana o trucos de como aligerar los platos y no quedarnos con hambre. Vamos que, no sólo resulta útil para los niños, también a nosotros nos vendrá estupendamente.
Ha sido editado por Planeta.


Libro: Enséñale a ver la tele



El uso de la televisión en los niños sigue siendo un tema de grandes debates. Hay padres que optan por apagarla totalmente, a fin de que los niños no la puedan utilizar o se sientan influenciados por lo que allí se emite. Otros, en cambio, la tienen encendida de modo continúo sin importarles que tipo de información les está llegando a sus hijos y la influencia que puede tener sobre ellos. Como todo en la vida lo bueno está en el equilibrio.

La televisión puede ser nuestra aliada en muchos momentos, además nos sirve para aprender nuevas cosas, viajar a lugares lejanos y desconocidos o estar informados sobre la misma realidad que nos rodea. De igual modo, para nuestros niños, puede resultar una estupenda herramienta educativa. Más que criticarla o censurarla, se trata de saber emplear sus contenidos y buscar aquello que será beneficioso para los pequeños.
Mediante este libro, la autora nos propone una serie de pautas y ejercicios con los que podemos educar y educarnos a la hora de ver televisión. Saber que programas son los más adecuados para cada edad, verdades y mentiras que giran en torno a los programas llamados de “telebasura” o recursos con los que evitar las influencias negativas de los anuncios de televisión. Este libro, que va más allá de una mera guía, pretende darnos ideas para educar en la libertad de elección a la hora de sentarnos frente a “la caja tonta”.
Está escrito por Mª Luisa Ferrerós, una psicóloga infantil con una amplia trayectoria como especialista en problemas infantiles. Así mismo tiene en su haber una cantidad importante de libros que, bajo una óptica actual y cercana, pretende ayudar a los padres y niños que se encuentran con distintas problemáticas. “Enséñale a ver la tele” ha sido editado por Planeta.
Libro: Educar con "Co-razón"
Hace tiempo que el sistema educativo se ha convertido en un mero formulismo por el que nuestros hijos deben sacar notas brillantes, trabajos impolutos y una educación que no desentone con el resto de la sociedad. Pero, quizás en esa carrera maratoniana de querer que sean los más listos, los más altos o los primeros de la clase, nos hemos olvidado de que la mejor educación crece desde el mismo corazón, desde la propia expresión de la ternura, desde el cariño con el que entregamos toda una información que, más allá de los éxitos académicos, desemboque en la creación de unos seres entregados y enamorados de la vida.

Estos son los pequeños, y grandes, objetivos que intenta marcar este libro que, aunque pueda ir dirigido a los docentes, también nos sirve a los padres que somos los responsables absolutos de la educación de nuestro hijo.

José María Toro es un maestro de educación primaria que ha observado que en los ámbitos de la educación, especialmente en las escuelas, hay mucha más cabeza que corazón, más mente que cuerpo, más ciencia que arte y más trabajo que vida. De este modo, y añadiendo la presión que ejercemos los padres para que consigan excelentes resultados, sólo conseguimos que el niño acabe aburriéndose, olvidando que la alegría también forma parte de la enseñanza.

“Educar con co-razón” es, según su autor, educar desde el corazón que, en ningún momento, está reñido con la razón, si no que pretende hacer una reflexión, abriendo una nueva ventana, hacia una forma de pensamiento positivo. No se trata de una guía de ejercicios ni de pautas a seguir para ser un excelente educador, sólo una visión nueva y refrescante ante la importancia de educar desde el propio sentimiento.

Está editado por la editorial DescléeDeBrouwer y ya va por su onceava edición.
Libro: Siempre Contigo

Bien es cierto que los niños no vienen con un manual debajo del brazo para ir dándonos instrucciones sobre todo aquello que necesitan a lo largo de su crecimiento. De las tareas físicas es fácil ocuparse, todos comemos, vamos al baño, necesitamos cubrirnos con ropa y caer en los brazos de Morfeo con cierta regularidad, son menudencias imprescindibles que pide nuestro cuerpo a diario. Pero ¿qué sucede con la parte emocional?
Este libro trata de dar un toque de atención a aquellos padres que no han encontrado, todavía, su punto de responsabilidad e implicación en la parte emocional de la paternidad. El exceso de trabajo, las prisas, el estrés o el delegar toda la crianza en la madre, son algunos de los motivos por los que los padres no entran en la importantísima tarea de ser padres, pilar básico que ayudará a equilibrar la vida emocional de nuestro hijo.
“Siempre contigo” no pretende ser una guía para crear superpapás, primeramente porque no existen, pero sí una forma de enfocar la paternidad de modo responsable para que ser un buen padre no sea una misión imposible. Si tú crees que eres de los que delega las responsabilidades en otros, si piensas que el próximo año te implicarás más en la vida de familia o si no sabes como enfrentarte a tu tarea paternal, este puede ser tu libro.
Al fin y al cabo, los seres humanos nos movemos a través de objetivos concretos, y esto es lo que nos propone este libro, dar una serie de pautas muy específicas, para afrontar la paternidad de otro modo, dándonos pistas, sin tener que abandonar nuestra profesión o dedicación actual, pero sí fomentando más los hábitos familiares.
Ha sido escrito por Neil I. Berstein y Brooke Lea Foster y publicado por Ediciones Urano.
Página Oficial | Ediciones Urano

Libro: Bajo Presión
Los modelos de educación que utilizamos para nuestros hijos han ido cambiando a lo largo de los tiempos, adaptándose a los nuevos modelos que la sociedad nos impone. Si hace unos años los niños podían disfrutar de tiempo libre suficiente, tras sus tareas, para compartir juegos y confidencias con sus amigos, practicar nuevas aficiones o, simplemente, aburrirse, en el momento actual nos encontramos con una excesiva carga de actividades y obligaciones que imponemos, a menudo, casi sin darnos cuenta.
“Bajo presión” es un libro que nos habla de cómo el actual enfoque de la educación es todo un fracaso.
Y no tenemos más que asomarnos a las cifras alarmantes que se barajan en torno a ciertos temas relacionados con la infancia. Durante los últimos años han aumentado los niños obesos, la miopía, están más deprimidos y necesitan ser tratados con fármacos en muchas ocasiones. Por eso este libro no pretende ser un manual para padres que necesiten dar unas directrices exactas con las que educar a sus hijos, si no, más bien, un toque de atención para evitar caer en ciertos aspectos negativos.
Y es que, aunque no seamos totalmente conscientes de ello, a veces utilizamos a los niños para proyectar nuestras frustraciones, realizar aquellas tareas que dejamos olvidadas en nuestra infancia o revivir ciertos aspectos que se han quedado pendientes en nuestro tintero vital. Con todo ello estamos destruyendo la inocencia y magia que debe componer todo periodo infantil.
Así pues, “Bajo presión”, pretende enseñarnos a educar a nuestros hijos en un mundo hiperexigente. Ha sido escrito por Carl Honoré y publicado por la editorial RBA
Libros: Un método para educar a los niños desobedientes
“Niños desobedientes, padres desesperados” es un manual escrito por la conocidísima y televisiva Rocío Ramos-Paul, aunque, sin duda, todos la conocemos como la supernanny. Esta especialista en niños problemáticos, que se ha atrevido con todo tipo de situaciones y que ha enderezado hasta el más rebelde de los retoños, ha publicado este libro con el que pretende dar pistas y consejos a los padres que se encuentran ante un caso de desobediencia total con sus hijos.
Aunque, evidentemente, cada niño es un mundo y cada caso necesita ser tratado de una forma distinta, también es verdad que ciertos comportamientos por parte de los padres, pueden ayudarles a que rectifiquen su forma de enfrentarse al mundo, consiguiendo que la convivencia sea mucho más pacífica para todos. A través de seguir ciertas normas, conseguiremos que crezcan felizmente hasta ser unos adultos responsables.
Es por ello que los padres necesitan aprender y establecer un seguimiento de estas normas, algo que estemanual propone y que nos va a servir para que los niños crezcan en un ambiente familiar relajado y feliz.
A través de sus páginas vamos a aprender a conseguir que obedezca, sabiendo que es necesario y beneficioso para sí mismo y para los demás; también descubriremos las razones que le llevan a esa rebeldía y cómo podemos cambiar ese comportamiento que, quizás, venga ocasionado por algún fallo nuestro. De igual modo nos propone diversas actitudes y estilos de educación, junto con las consecuencias que acarrea, para que podamos optar por alguna de ellas, en el caso de necesitarlas.
Se trata, pues, de un libro ameno y lleno de ejemplos cotidianos con los que poner freno a esas actitudes rebeldes que poco favorecen a la convivencia familiar.
Libro: Pequeños Tiranos, libro para padres en apuros
La actitud de los padres es el punto determinante para que esta conducta se corrija aunque, en muchos casos, acaba desembocando en un adolescente imposible de controlar y que sólo aporta un sinfín de quebraderos de cabeza a la familia. Cuanto antes se empiece a enderezar a este tipo de niños, mucho más fácil será convertirlos en seres humanos responsables y tolerantes.
“Pequeños tiranos” resulta ser un libro de supervivencia para padres que se encuentran en una situación difícil con respecto a la educación de sus hijos. En él se muestran distintas pautas para detectar a tiempo si hubiera un problema, además de procurarnos consejos para atajarlo de raíz y abordarlo de una forma efectiva. Son muchos los padres que no niegan nada a los hijos y se sienten incapaces de poner límites a sus actos, algo que, contrariamente a lo que muchos puedan pensar, poner normas es un acto de amor.
Este libro ha sido escrito por Alicia Banderas, una psicóloga que trabaja dentro de la psicología clínica, educativa y sexológica desde el enfoque cognitivo-conductual. Desde hace más de tres años trabaja en el programa de Televisión Española “Escuela de padres…en apuros” proporcionando soluciones y consejos para los conflictos que se producen entre padres e hijos.

Libro: Educar con sentido común

Por esta razón, hoy nos gustaría recomendaros un libro excelente titulado “Educar con sentido común”. El lector puede encontrar una guía práctica, desarrollada y detallada para educar con buen criterio, es decir, con sentido común como expresa el propio título.

Se trata de un libro elaborado que aporta datos muy interesantes en relación con el proceso de crecimiento de los niños por lo que ofrece un abanico de edades diferentes. El libro se centra en el proceso de crecimiento desde el nacimiento hasta la juventud, sin dejar de lado, una etapa tan conflictiva como la adolescencia.

En este sentido, el libro se centra en atender cuestiones emocionales de los niños, su felicidad, qué juegos son recomendables en cada edad, qué valores son importantes, cómo atender los miedos de los más pequeños de la casa, la salud… En definitiva, Educar con sentido común es un libro de referencia para educadores, padres y también, para investigadores que quieren conocer más de cerca el universo infantil. Sin duda, la lectura es un medio de conocimiento fundamental para afrontar con éxito la aventura de la paternidad. Una aventura esperanzadora pero también, difícil.

Libro: A educar también se aprende

Con un estilo directo y un sinfín de ejemplos, establece cuáles deberían ser los principios básicos de la educación y proporciona una serie de pautas de actuación que ayudarán a los padres a entender a sus hijos –desde la infancia hasta la difícil adolescencia- a encauzarlos, apoyarlos y quererlos mejor.
Como guía de lectura o de consulta, encontraremos multitud de soluciones para cualquiera de los problemas que plantean las diferentes fases evolutivas del niño. Con respuestas que apelan al sentido común y no a una retórica psicologista veremos que A educar también se aprende.
Editorial: Alba



Libro: Fortalece a tu hijo

Recientemente, en el mes de mayo de 2010, Javier Urra ha publicado un libro titulado Fortalece a tu hijo: guía para afrontar las adversidades de la vida. El libro que ha sido editado por Planeta contiene información valiosa que puede convertirse en una verdadera obra de cabecera para padres conscientes de la importancia que tiene la educación en relación con la felicidad y la alegría.

Javier Urra tiene una amplia experiencia en el ámbito educativo puesto que es doctor en psicología y pedagogo terapeuta. Además de su reciente publicación bibliográfica también destacan otros títulos muy recomendables para padres: por ejemplo, Educar con sentido común que fue publicado por la editorial Aguilar en 2009. Donde se subraya una palabra esencial: el sentido común es el medio para afrontar los temores e inseguridades que surgen de forma casi automática en los padres que a veces no pueden evitar preguntarse si realizan su labor de forma correcta.

La lectura es un motor de conocimiento fundamental. Por este motivo, recomiendo el nuevo libro de Javier Urra a aquellos padres que como bien expresa el título desean fortalecer a su hijo en su proceso de crecimiento.

Libro: La afectividad, el eslabón perdido de la educación (Manual para padres y educadores)

El autor, Álvaro Sierra es médico de la Universidad de Antioquía en Colombia y también especialista en Educación y asesoría familiar de la Universidad de la Sabana donde además colabora como investigador en el Instituto de la familia. Por tanto, un profesional con experiencia en el ámbito familiar y educativo que pretende ofrecer un apoyo práctico a través de sus libros.

El libro, como explica su propio nombre, se centra en la educación afectiva. Los sentimientos influyen de manera directa en la felicidad del niño, por eso, el autor explica cómo puede influir la separación de los padres en los más pequeños o las consecuencias de la violencia intrafamiliar. En este sentido afirma: “Niños sometidos a convivencias marcadas por la violencia pueden tornarse pasivos, irritables, desmedidos en sus reacciones, excesivamente egocéntricos, demandantes, agresivos, incapaces de concentrarse, negativos frente a la norma, inestables, destructivos e imprevisibles. En pocas palabras, muchos de estos niños poseen rasgos que pueden encajar en aquello que hoy se denomina síndrome del niño hiperactivo o déficit de atención“.
La afectividad es fundamental porque remite de forma directa a la autoestima. ¿Qué es la autoestima? La relación que cada persona establece consigo misma. Puede ser una relación positiva o negativa. ¿En qué se manifiesta? En el pensamiento. Los seres humanos no sólo establecen un diálogo en base a la alteridad sino que también dialogamos con nosotros mismos a través del pensamiento. La insistencia que los expertos realizan precisamente sobre el pensamiento positivo procede del efecto que tiene sobre la felicidad y el bienestar. Los pensamientos, influyen en los sentimientos y a su vez, los sentimientos se muestran en la acción. Un pensamiento negativo produce sensaciones de ansiedad y estrés que luego a nivel práctico producen inseguridad.

El autor explica que en el caso de los más pequeños, el clima familiar tiene una influencia directa sobre su nivel de autoestima, su afectividad y su bienestar emocional. Se trata de un libro que sin duda puede serviros de referencia porque ofrece en cada página información sobre cómo poder reforzar la conducta del niño. Por ejemplo, Álvaro Sierra comenta que la crítica constante hacia los niños lejos de producir motivación termina conduciendo a la pasividad y a la negatividad.

También reflexiona sobre la influencia que tiene la televisión, por este motivo, da pautas concretas para que los padres puedan llegar a acuerdos sobre los horarios de tele en casa haciendo especial incidencia en que la televisión no interfiera en la relación del niño con la familia. Es decir, poniendo especial hincapié en la relación entre padres e hijos.

Álvaro Sierra-La afectividad eslabón perdido de la educación




ARTIGOS INTERESANTES

ABUSO DE DOCES E DEFICIENCIA DE VITAMINAS

Abuso de doces e deficiencia de vitaminas
                As vitaminas B1 e B2 participan na obtención de enerxía a partir dos hidratos de carbono, polo que o exceso de doces aumenta os requirimentos das devanditas vitaminas.
Os alimentos doces supoñen unha tentación para a maioría das persoas e, en xeral, o seu consumo vese acentuado durante a infancia e a adolescencia. Nalgúns casos, os proxenitores utilízanos a xeito de recompensa ou premio que ofrecen aos seus fillos, convertendo aos doces en alimentos habituais da súa dieta. Ao chegar á adolescencia estes hábitos son difíciles de desterrar e, aínda que non é necesario eliminar totalmente a súa presenza da alimentación, é importante que o seu consumo estea controlado.
Consecuencias do abuso

Diversos estudos nacionais sobre hábitos alimentarios en nenos e adolescentes coinciden no consumo excesivo deste sector de poboación de lambetadas, bolería industrial e todo tipo de doces. A influencia da publicidade, a moda na comida e nos alimentos e a falta de tempo, entre outros factores, fai que nenos e adolescentes, cada vez con máis frecuencia, substitúan un xantar ou merenda equilibrados, compostos por exemplo por froita, zumes, derivados lácteos, bocadillos ou sándwiches variados, por bolería industrial.
A grande achega calorífica, a súa elevada concentración de azucres e a súa abundante graxa -boa parte dela saturada e graxa trans, esta última a máis prexudicial para o corazón e as arterias- fan que o consumo frecuente de bolería industrial, madalenas, sobádevos, croissants e similares non sexa saudable. Ademais, cando se toman estes alimentos en lugar doutros, máis sans e nutritivos, como froitas, bocadillos caseiros e iogures, vaise reducindo a variedade de vitaminas, minerais e a fibra na dieta. O abuso de doces ten, irremediablemente, consecuencias sobre a saúde da poboación infantil e xuvenil a curto, medio ou longo prazo.
A elevada concentración de azucres simples que presentan os devanditos alimentos favorece a aparición de carie, ocasiona problemas de exceso de peso, aumenta o risco de desenvolvemento de diabete mellitus na idade adulta e contribúe a reducir a concentración de nutrientes da dieta, polo que aumenta a probabilidade de deficiencias nutricionais.
En xeral, estes alimentos poden considerarse fonte de calorías baleiras xa que apenas achegan outros nutrientes (proteínas, vitaminas, minerais ou fibra), salvo hidratos de carbono simples. Ademais, como consecuencia do abuso de doces, é frecuente que durante a adolescencia se manifesten deficiencias de vitaminas B1 (tiamina) e vitamina B2 (riboflavina).
Máis B1 e B2

A tiamina e a riboflavina son vitaminas hidrosolubles, é dicir, son solubles en auga e forman parte das vitaminas do grupo B. Ambas as dúas desempeñan importantes funcións, entre elas a de actuar como cofactores de diferentes sistemas enzimáticos relacionados coa obtención de enerxía a partir dos hidratos de carbono ou azucres. En todos os alimentos doce abunda un ingrediente común, o azucre refinado, ao igual que en galletas, bolería e pastelaría.
Polo tanto, tomar con frecuencia e en cantidade abundante este tipo de produtos, fai que o organismo necesite unha achega extra de vitamina B1 e B2. Ademais, durante o proceso de elaboración dos alimentos refinados elimínase a parte do gran do cereal máis rica nas devanditas vitaminas. O refinado tamén provoca unha perda doutras vitaminas e minerais ademais de facer que unha porcentaxe importante da fibra presente de forma natural no alimento se elimine.
DIETA EQUILIBRADA
Nalgúns casos a deficiencia de vitaminas B1 e B2 maniféstase con estados de apatía, fatiga e debilidade, entre outros. A vitamina B1 é esencial para as conexións nerviosas, polo que un nerviosismo e unha irritabilidade inxustificada nos nenos pode ser signo de deficiencia da devandita vitamina. A carencia de vitamina B2 na dieta pode provocar trastornos oculares como fotofobia (dor ocular producida pola exposición á luz), ademais de chagas na boca e arrubiamento dos labios ou da pel.
Levar a cabo unha alimentación sa e equilibrada resulta suficiente para obter as cantidades necesarias de tiamina e riboflavina. Son alimentos ricos nestas vitaminas o fermento de cervexa, os vexetais de folla verde, o xerme de trigo, os froitos secos e os legumes, así como os cereais integrais ou enriquecidos. Na carne de porco e as vísceras abunda a tiamina e nos lácteos a riboflavina.
Fuente: www.comsumer.es

COMO EDUCAR AOS NOSOS FILLOS

                   Educar é unha das tarefas máis difíciles ás que nos enfrontamos os pais. E, aínda que non existen fórmulas máxicas, si hai algunhas cuestións clave que temos que manexar con soltura. Nunca é pronto para comezar a educalo. Estas son as regras básicas para conseguir que o teu fillo creza feliz.
1. Un exemplo vale máis que mil sermóns
·         Dende moi pequenos os nenos tenden a imitar todas as nosas condutas, boas e malas.
·         Podemos aproveitar os costumes cotiáns -como saudar, comportarnos na mesa, respetar as normas ao conducir- para que adquiran hábitos correctos e, pouco a pouco, tomen responsabilidades.
·          De nada serve sermonalo sempre coa mesma historia se os seus pais non fan o que lle piden.
2. Comunicación, diálogo, comprensión…
·         As palabras, os xestos, as miradas e as expresións que utilizamos sérvennos para coñecernos mellor e expresar todo aquilo que sentimos. Por iso, mesmo durante o embarazo, hai que falar ao bebé.
·          Debemos continuar sempre coa comunicación. Falarlle moito, sen présas, contarlle contos e tamén deixar que el sexa quen nolos conte.
·          Probaches a facerlle unha pregunta que empece con «Qué pensas ti sobre...?» Así lle demostramos que nos interesa a súa opinión e él se sentirá querido e escoitado.
3. Límites e disciplina, sen ameazas
·         Hai que ensinalo a separar os sentimentos da acción. As normas deben ser claras e coherentes e ir acompañadas de explicacións lóxicas.
·         Teñen que saber o que acontece se non fai o que lle pedimos. Por exemplo, debemos deixarlle claro que despois de xogar ten que recoller os seus xoguetes.
·          É importante que o neno -e tamén nós- comprenda que os seus sentimentos non son o problema, pero si as malas condutas. E ante elas sempre hai que fixar límites, porque hai zonas negociables e outras que non o son. Se se nega a ir ao colexio, temos que recoñecerlle o molesto que é ás veces madrugar e dicirlle que nós tamén o facemos.
4. Deixalo experimentar aínda que se equivoque
·         mellor xeito para que os nenos exploren o mundo é permitirlles que eles mesmos experimenten as cousas. E se se equivocan, nós temos que estar aí para coidar deles física e emocionalmente, pero con límites.
·         A sobreprotección ás veces protéxenos os pais de certos medos, pero non o noso fillo. Se cada vez que cae ou se dá un golpe, por pequeno que sexa, corremos alarmados a auxilialo, estaremos a animalo á queixa e acostumándoo ao consolo continuo. Temos que deixalos correr riscos.
5. Non comparar nin descualificar
·         Hai que eliminar frases como «aprende do teu irmán», «Cando vas chegar a ser tan responsable como a túa prima?» ou «es tan queixón como ese neno do parque».
·         Non convén xeneralizar e debemos prescindir de expresións como «sempre estás a pegar a túa irmá» ou «nunca fas caso».
·          Seguro que fai moitas cousas ben, aínda que ultimamente se estea a comportar como un verdadeiro «traste». Cada neno é único, non todos actúan ao mesmo ritmo e do mesmo xeito.
·         Frases como «ti podes nadar igual de ben que o teu irmán, inténtao. Xa o verás» transforman o seu malestar nun sorriso e anímano a conseguir as súas metas.
6. Compartir as nosas experiencias con outros país
·         Pode sernos moi útil. Así, vivir unha etapa de rebeldía do noso fillo, algo moi frecuente a determinadas idades, pode deixar de ser unha fonte de angustia tremenda e converterse, simplemente, nunha fase dura pero pasaxeira. Frases como non te preocupes, ao meu fillo acontecíalle o mesmo», poden axudarnos a relativizar os «problemas» e, polo tanto, conseguir que nos sintamos mellor e actuemos máis tranquilos.
·        Se estamos desorientados, preocupados ou non sabemos cómo actuar, sempre podemos consultalo cun profesional. Non temos nada que perder.
7. Hai que recoñecer as nosas equivocacións
·         Temos dereito a equivocarnos e iso non significa que sexamos malos pais. O importante é recoñecer os erros e utilizalos como fonte de aprendizaxe.
·         Unha frase sinxela como perdoa cariño, reforza o seu bo comportamento e nos axuda a sentirnos ben.
8. Reforzar as cousas boas
                   Está comprobado que os reforzos positivos xestos de cariño, estímulos, recompensas resultan máis eficaces á hora de educar que os castigos. Por iso sempre debemos darlle apoio afectivo e deixar que sexa el o que, segundo a súa capacidade, resolva os problemas.
                   Os nenos son moi sensibles e os cualificativos como «parvo» ou «malo» fanlles moito dano e poden afectar de modo negativo á valoración que teñen deles mesmos.
                    Debemos ser xenerosos con todo aquilo que os fai sentirse valiosos e queridos. Se o premiamos con caricias, abrazos ou palabras como «guapo» ou «listo», estamos a construír unha boa autoestima.
                   Tan importante como rectificar as súas malas condutas é recoñecer e reforzar as boas.
9. Non hai que pretender ser os seus amigos
                   Aínda que sempre convén fomentar un clima de proximidade e confianza, iso non significa que debamos ser os seus mellores amigos.
                    Mentres que entre os nenos o trato é de igual a igual, nós, como pais e educadores, estamos situados nun chanzo superior. Dende alí ofrecémoslles os nosos coidados, experiencia, protección... pero tamén as nosas normas.
                    Buscar a súa aprobación continua para todo pode ser unha arma de dobre fío, xa que a amizade tamén é admiración e confianza e lle resultará moi difícil confiar en nós se non sabemos impoñernos.
                   Un bo pai non é aquel que cede de modo continuo e non ensina.
10. Eles tamén teñen emocións
                   Ás veces pensamos que só nós nos sentimos contrariados e que os nenos teñen que estar todo o día felices. Pero tamén teñen preocupacións.
                   O seu mundo emocional é igual ou máis complexo que o noso, por iso convén dar importancia ás súas emocións e ser conscientes delas. Debemos axudar o noso fillo a poñer nome e apelido ao que experimenta e sente.

Autora: Nuria Corredor.
Asesor: Raúl Gómez, psicólogo.


COMO LOGRAR UNHA AUTORIDADE POSITIVA


Ter autoridade, que non autoritarismo, é básico para a educación do noso fillo. Debemos marcar límites e obxectivos claros que lle permitan diferenciar que está ben e que está mal, pero uno dos erros máis frecuentes de pais e nais é excederse na tolerancia. E entón empezan os problemas. Hai que chegar a un equilibrio, ¿como conseguilo para ter autoridade?
¿Cales son os erros máis frecuentes que pais e nais cometemos cando interaccionamos cos nosos fillos?
Estes son os principais erros que, con máis frecuencia, debilitan e diminúen a autoridade dos pais:
·         A permisividad. É imposible educar sen intervir. O neno, cando nace, non ten conciencia do que é bo nin do que é malo. Non sabe si pódese rayar nas paredes ou non. Os adultos somos os que habemos de dicirlle o que está ben ou o que está mal. O deixar que se poña de pé encima do sofá porque é pequeno, por medo a a frustralo ou por comodidade é o principio dunha mala educación. Un fillo que fai "fechorías" e o seu pai non lle corrixe, pensa que é porque o seu pai nin o estima nin o valora. Os nenos necesitan referentes e límites para crecer seguros e felices.
·         Ceder logo de dicir non. Unha vez que vostede se decidiu a actuar, a primeira regra de ouro a respectar é a do non. O non é innegociable. Nunca se pode negociar o non, e perdoe que insista, pero é o erro máis frecuente e que máis dano fai aos nenos. Cando vostede vaia a dicir non ao seu fillo, pénseo ben, porque non hai marcha atrás. Si vostede díxolle ao seu fillo que hoxe non verá a televisión, porque onte estivo máis tempo do que debía e non fixo os deberes, o seu fillo non pode ver a televisión aínda que lle pida de xeonllos e por favor, con cara suplicante, chea de pena, outra oportunidade. Hai pícaros tan adestrados nesta parodia que poderían ensinar moito ás estrelas  do cine e do teatro.
·         En cambio, o si, si se pode negociar. Si vostede pensa que o neno pode ver a televisión esa tarde, negocie con el que programa e canto intre.
·         O Autoritarismo. É o outro extremo do mesmo pau que a permisividad. É intentar que o neno/a faga todo o que o pai quere anulándole a súa personalidade. O autoritarismo só persegue a obediencia pola obediencia. O seu obxectivo non é unha persoa equilibrada e con capacidade de autodominio, senón facer unha persoa sumisa, escravo sen iniciativa, que faga todo o que di o adulto. É tan negativo para a educación como a permisividad.
·         Falta de coherencia. Xa dixemos que os nenos han de ter referentes e límites estables. As reaccións do pai/nai han de ser sempre dentro de una mesma liña ante os mesmos feitos. O noso estado de ánimo ha de influír o menos posible na importancia que se dá aos feitos. Si hoxe está mal rayar na parede, mañá, tamén .
·         Igualmente é fundamental a coherencia entre o pai e a nai. Si o pai dille ao seu fillo que se ha para comer cos cubertos, a nai halle de apoiar, e viceversa. Non debe caer na trampa de: "Déixao que coma como queira, o importante é que coma".
·         Gritar. Perder os estribos. Ás veces é difícil non perdelos. De feito todo educador sincero recoñece habelos perdido algunha vez en maior ou menor medida. Perder os estribos supón un abuso da forza que conlleva unha humillación e un deterioro da autoestima para o neno. Ademais, a todo afaise un. O neno tamén aos gritos aos que cada vez fai menos caso: Can ladrador, pouco mordedor. Ao final, para que o neno fixese caso, habería que gritar tanto que ningunha garganta humana está concibida para alcanzar a potencia de grito necesaria para que o neno reaccionase.
·         Gritar conlleva un gran perigo inherente. Cando os gritos non dan resultado, a ira do adulto pode pasar fácilmente ao insulto, a humillación e ata os malos tratos psíquicos e físicos, o cal é moi grave. Nunca debemos chegar a este extremo. Si os pais séntense desbordados, deben pedir axuda: titores, psicólogos, escolas de pais...
·         Non cumprir as promesas nin as ameazas. O neno aprende moi pronto que canto máis promete ou ameaza un pai/nai menos cumpre o que din. Cada promesa ou ameaza non cumprida é un girón de autoridade que se queda polo camino. As promesas e ameazas deber ser realistas, é dicir fáciles de aplicar. Un día sen tele ou sen saír, é posible. Un mes é imposible.
·         Non negociar. Non negociar nunca implica rixidez e inflexibilidad. Supón autoritarismo e abuso de poder, e polo tanto incomunicación. Un camiño ideal para que na adolescencia rómpanse as relacións entre os pais e os fillos.
·         Non escoitarDodson di no seu libro A arte de ser pais, que unha boa nai -hoxe tamén podemos dicir pai- é a que escoita ao seu fillo aínda que estea falando por teléfono. Moitos pais quéixanse de que os seus fillos non os escoitan. E o problema é que eles non escoitaron nunca aos seus fillos. Xulgáronos, evaluado e dixéronlles o que habían de facer, pero escoitar... nunca.
·         Esixir éxitos inmediatos. Con frecuencia, os pais teñen pouca paciencia cos seus fillos. Quererían que fosen os mellores... ¡xa!. Cos fillos esquecen que ninguén naceu ensinado. E todo require un periodo de aprendizaxe cos seus correspondentes erros. Isto que admiten nos demais non poden soportalo cando se trata dos seus fillos, nos que só ven as cousas negativas e que, lógicamente, "para que o neno aprenda" repítenllas unha e outra vez.
Con todo, unha vez que sabemos o que habemos de evitar, algúns consellos e "trucos" sinxelos poden alixeirar este problema, ofrecer un desenvolvemento equilibrado aos fillos e proporcionar paz ás persoas e ao fogar. Estes consellos só requiren, por unha banda, o convencimiento -moi importante- de que son efectivos e, por outro, levalas á práctica de xeito constante e coherente.
Actuacións concretas e positivas que axudan a ter prestixio e autoridade positiva ante os fillos:
·         Ter uns obxectivos claros do que pretendemos cando educamos. É a primeira condición sen a cal podemos dar moitos paus de cego. Estes obxectivos han de ser poucos, formulados e compartidos pola parella, de tal xeito que os dous síntanse comprometidos co fin que perseguen. Requiren tempo de comentario, ata, ás veces, papel e lápiz para precisalos e non esquecelos. Ademais deben revisarse si sospeitamos que os esquecemos ou xa se quedaron desfasados pola idade do neno ou as circunstancias familiares.
·         Ensinar con claridade cosas concretas. Ao neno non lle vale dicir "sé bo", "pórtache ben" ou "come ben". Estas instrucións xerais non lle din nada. O que si lle vale é darlle con agarimo instrucións concretas de como se colle o tenedor e o coitelo, por exemplo.
·         Dar tempo de aprendizaxe. Unha vez demos as instrucións concretas e claras, as primeiras veces que as pon en práctica, necesita ateción e apoio mediante axudas verbales e físicas, si é necesario. Son cousas novas para el e require un tempo e unha práctica guiada.
·         Valorar sempre os seus intentos e os seus esforzos por mellorar, resaltando o que fai ben e pasando por alto o que fai mal. Pensemos que o que lle sae mal non é por amolarnos, senón porque está en proceso de aprendizaxe. Ao neno, como ao adulto, encántalle ter éxito e que llo recoñezan.
·         Dar exemplo para ter forza moral e prestixio. Sen coherencia entre as palabras e os feitos, xamais conseguiremos nada dos fillos. Antes, ao contrario, confundirémoslles e lles defraudaremos. Un pai non pode pedir ao seu fillo que faga a cama si el non a fai nunca.
·         Confiar no noso fillo. A confianza é unha das palabras crave. A autoridade positiva supón que o neno teña confianza nos pais. É moi difícil que isto ocorra si o pai non dá exemplo de confianza no fillo.
·         Actuar e fuxir dos discursos. Unha vez que o neno ten claro cal ha de ser a súa actuación, é contraproducente investir o tempo en discursos para convencelo. Os sermones teñen un valor de efectividad igual a 0. Unha vez que o neno xa sabe que ha de facer, e non o fai, actúe consecuentemente e aumentará a súa autoridade.
·         Recoñecer os erros propios. Ninguén é perfecto, os pais tampouco. O recoñecemento dun erro por parte dos pais dá seguridade e tranquilidade ao neno/a e anímalle a tomar decisións aínda que se poida equivocar, porque os erros non son fracasos, senón equivocaciones que nos din o que debemos evitar. Os erros ensinan cando hai espírito de superación na familia.
Todas estas recomendaciones poden ser moi válidas para ter autoridade positiva ou totalmente ineficaces e ata negativas. Todo depende de dous factores, que si son importantes en calquera actuación humana, na relación cos fillos son absolutamente imprescindibles: amor e sentido común.
Educar é estimar, dicía Alexander Galí. O amor fai que as técnicas non convertan a relación en algo frío, ríxido e inflexible e, polo tanto, superficial e sen valor a longo prazo. O amor supón tomar decisións que ás veces son dolorosas, para os pais e para os fillos, pero que despois son valoradas de tal xeito que deixan un bo sabor de boca e un benestar interior nos fillos e nos pais.
O sentido común é o que fai que se aplique a técnica adecuada no momento preciso e coa intensidade apropiada, en función do neno, do adulto e da situación en concreto. O sentido común dinos que non debemos matar moscas a cañonazos nin leóns con tirachinas. Un adulto debe ter sentido común para saber si ten diante unha mosca ou un león. Si nalgún momento ten dúbidas, debe buscar axuda para ter as ideas claras antes de actuar.
Pablo Pascual Sorribas
Maestro, licenciado en Historia y logopeda

A OBEDIENCIA DOS FILLOS

"¡Prométoche que non che oíu!", "Si, agora mesmo vou, espera un momento", "Que si, que si", "Esquecéulleme, séntoo. Logo fágoo". ¿Sóanche estas frases? O non "" a unha orde pode adoptar distintas aparencias e disfraces pero todas elas desembocan nun mesmo resultado: a tarefa mandada por facer e os pais molestos. ¿Por que nos desobedecen os fillos? ¿Que podemos facer para evitalo? ¿Como actuar ante reiteradas ou sistemáticas desobediencias?
Que os nosos fillos non sigan as ordes que lles damos, é unha situación frecuente e cotiá que, en ocasións, crea un ambiente familiar caracterizado por gritos, rifas, malas caras e sensación de frustración. Para evitar estes conflitos, é importante que os pais actuemos de forma adecuada.
O neno desobediente pode negarse a cumprir as ordes que lle damos de distintas formas:
·         Non facendo o que lle indicamos, coma se non nos oíu.
·         Dicindo "non" de xeito explícito.
·         Expresando o seu desobediencia mediante rabietas ou pataletas.
¿Pero, por que é desobediente o noso fillo?
Para chamar a nosa atención:
En ocasións, os pais estamos pendentes do noso fillo só cando se comporta de xeito inadecuada. É moi posible que os nenos néguense entón a cumprir as nosas esixencias porque son os únicos momentos en que conseguen chamar a nosa atención, aínda que sexa para regañarlos ou castigalos.
Ao redor dos 2 anos de idade, os nenos adoitan pasar por unha época en que responden cun "non" a todo o que se lles pide. Non debemos confundir isto coa desobediencia. O noso fillo comezou a ser máis independente de nós e é necesario e saudable para a súa madurez que o experimente. Aínda que os pais debamos comprender esta actitude, non temos que excedernos en permisividad e trataremos de seguir inculcándole o costume de obedecer.
Outros factores que poden estar motivando a desobediencia do noso fillo:
                     Non escoitar o que lle pedimos porque está distraído noutra actividade.
                     Estar recibindo demasiadas ordes á vez.
                     Non comprender o que lle mandamos.
                     Estar habituado a que nós acabemos facendo por el o que lle pedimos.
                     Saber que os pais repetiremos varias veces a indicación, antes de que el deba responder.
¿Que podemos facer para que o noso fillo obedeza?
·         O primeiro que debemos facer é asegurarnos que é capaz de facer o que lle pedimos. Pola contra, deberemos axudarlle a cumprir a nosa petición.
·         Trataremos de que sempre teña ben claras cales serán as consecuencias positivas e negativas da súa obediencia ou da súa desobediencia.
·         Debemos afacernos desde un bo principio a non repetir a orde máis dunha vez e nunca debemos terminar realizando nós nosa propia petición.
·         Darémoslle instrucións simples, comprensibles para el e razoables para a súa idade. Podemos asegurarnos que entendeu a petición facéndolla repetir. Tamén é importante que sexanpeticións específicas, que quede ben claro o comportamento que debe seguir. Por exemplo: é mellor dicir "non poñas os pés no sofá", que "pórtache ben".
·         Darémoslle un número de instrucións racional e dirémosllas dunha nunha. Nunca lle daremos a seguinte petición ata que non cumpra a primeira. Habemos de ter en conta que os nenos menores de cinco anos non son capaces de comprender máis de tres peticións á vez.
·         Podemos tamén ofrecerlle dúas opcións que levarán a un mesmo resultado e darémoslle a elixir unha delas en lugar de dar ordes ou facer preguntas. Por exemplo: no canto de dicirlle "ve a lavarche os dentes" ou preguntarlle "¿queres ir lavarche os dentes?", podemos suscitar a seguinte opción: "¿vasche a lavar os dentes só ou prefires que che acompañe?
·         Explicarémoslle ao noso fillo as razóns polas que lle pedimos ou lle prohibimos que faga algo. Esta información deberá ser apropiada para a idade do neno. Por exemplo: a un neno de tres anos dirémoslle que non pode tocar un coitelo ou unhas tijeras porque pode cortarse e facerse moito dano.
·         Expoñeremos de xeito positivo o resultado dunha conduta adecuada para motivar ao noso fillo a cumprir aquilo que máis lle custa ou para que asimile unha conduta nova. Así poderá comprobar que obedecer a orde conlleva consecuencias positivas para el e isto animaralle a seguir por este camiño. Por exemplo: podemos dicirlle "cando che poñas a chaqueta, poderás saír a xogar" ou "cando che haxas ir á cama, contareiche o conto que ti prefiras". É importante que nós cumpramos co pactado.
·         Utilizaremos un ton de voz agradable. É mellor si poñémosnos/poñémonos á altura do noso fillo (en crequenas) e mirámoslle directamente aos ollos (asegurándonos que el tamén nos mira).
·         Si intuímos que non se dispón a cumprir a orde, preguntarémoslle si necesita axuda ou lle axudaremos directamente para que, aos poucos, afágase a prescindir de nós e sexa autosuficiente. Nun principio podemos botar man de xogos e mostrarnos de moi bo humor para que non identifique a obediencia con algo negativo. Por exemplo: xogaremos a ver quen clasifica máis rápido os juguetes por cores, tamaños… e démoslle un toque divertido a unha tarefa que pode provocar cansazo ou desagradar.
·         Recompensarémoslle cando obedeza nosa orde ou petición, e nunca antes. Canto máis inmediata sexa recompénsaa máis efecto terá. Deberemos afacerlle a recompensas afectivas e non soamente materiais. Abrazarémoslle, lle halagaremos e expresarémoslle a nosa alegría sen medo a esaxerar. Podemos recompensar ao noso fillo dedicándolle unha tarde a el só, sen necesidade de compartirnos con outros irmáns, recados ou obrigacións.
¿E qué podemos facer se o noso fillo non nos obedece?
·         Podemos contar ata cinco en voz alta para que comprenda que estamos esperando a que faga o que lle pedimos. Si neste tempo o noso fillo non obedeceu, sen alzar a voz nin discutir, guiarémoslle coas nosas mans para que o faga. Por exemplo: si négase a baixar os pés do sofá, retirarémosllos nós. Si queremos que recolla os juguetes, axudarémoslle nós…
·         Cando o noso fillo desobedezca "descaradamente" malia reiterados avisos pola nosa banda,non debemos perder o control. Podemos recorrer á técnica coñecida como tempo fóra: Non lle reprocharemos nada nin nos poñeremos a discutir con el. Mandarémoslle só a unha habitación ou a un recuncho onde non poida entreterse durante un período breve de tempo. A recomendación é que permaneza alí tantos minutos como anos teña o noso fillo. Terá un momento para reflexionar sobre que é o que nos fixo enfadar e para recapacitar sobre as súas reiteradas desobediencias. Por exemplo: si o noso fillo chora e patalea cada noite porque non quere ir á súa cama a durmir, levádeo con moita calma a un recuncho illado ou habitación onde non poida facer nada. Ao principio protestará enérgicamente pero aos poucos, si sodes constantes e manténdesvos/mantédesvos con firmeza, comprenderá que non pode gañarvos. Os nenos aprenden por ensaio-erro e tardan en xeneralizar as consecuencias da súa conduta. É probable que a súa resposta sexa poñerse a chorar ou a patalear. Si queremos que a nosa acción xurda efecto, debemos privarlle da nosa atención e ignorar a súa reacción. Si nos infunde pena e poñémosnos/poñémonos a consolarlle, perderemos a nosa credibilidade e noutra ocasión volverá actuar do mesmo xeito.
·         Reprimenda verbal: Si a desobediencia implica perigo para o noso fillo ou para os demais (cruzar a rúa, poñer os dedos no enchufe, etc.), cun ton de voz firme e enérxico, dirémoslle: "¡non!" ou "¡basta!". Si é necesario, pararemos físicamente a súa acción. Non entredes en discusións co voso fillo pero si en razonamientos: explica con objetividad as posibles consecuencias da súa acción.
Lídia Ametller Martínez
Licenciada en Psicología

Ningún comentario:

Publicar un comentario